Una de las tres plantas agroquímicas que tiene SIGMA AGRO SA en La Verde, partido de Mercedes, explotó el pasado 27 de septiembre dejando un muerto, un herido y en riesgo de alta contaminación de las napas de aguas. Consecuencias de un modelo agroindustrial dependiente de los agrotóxicos.
El 27 de septiembre en Mercedes (BA), Martin Barros se despertó aturdido por un fuerte estruendo: Había explotado SIGMA SA, una fábrica de agrotóxicos esparciendo por cielo y tierra elementos con alto nivel contaminante. Por el hecho, Rubén Ponce, de 42 años y empleado de la firma, falleció días después como consecuencia de las quemaduras. Además, hay un Bombero internado en el Instituto del Quemado con una parte de su pierna afectada. Un mar de incertidumbre sobre quiénes son los responsables, pero antetodo sobre las consecuencias para la salud de la población.
Tras la explosión de la fábrica de agrotóxicos SIGMA SA en La Verde, partido de Mercedes, vecinos autoconvocados e integrantes de la Asamblea por la Agroecología Mercedina, tuvieron la primer reunión previamente acordada con autoridades del OPDS (Organización para el Desarrollo Sostenible), Juan Trevino de la Sec. de Ambiente de Nación; Juan Cruz Mendia y Dr Pablo Cassiani, encargados del Departamento de Medioambiente y Director de Salud del gobierno local respectivamente, y Concejales de diferentes partidos políticos. En la misma, se intentó generar un plan de saneamiento y acción ante las posibles consecuencias aunque las respuesta no fueron alentadoras.
Según Martin Barros, vecino afectado por el hecho, la respuesta de la OPDS fue “lamentable y altamente preocupante”. “La OPDS dice que está esperando un plan de la empresa para ver cómo va a ser la remediación y cómo va a hacer para desactivar los dos reactores que están en marcha.” Según el vecino, para el Observatorio es la misma empresa la que debe hacerse cargo de la remoción hasta de los cimientos, además de que “ellos sólo pueden ocuparse de la inspección ambiental” dejando por fuera de su cargo al área de Seguridad e Higiene. “Nos mintieron en la cara. Se empezaron a pasar la pelota unos contra otros”, reclamó Barros. Esto, resaltan, “es lo mismo que plantear que el director de un jardín de infantes acusado de pedofilia siga abusando de los niños mientras ningún responsable se hace cargo de desvincular al sujeto de su cargo”.
Además, según declaran los vecinos, puede verse cómo siguen llegando camiones a la empresa descargando materiales. “Son camiones que entran como si nada. Puertas para adentro no sabemos qué pasa”. Ante estos hechos, los afectados, solicitaron a los diferentes entes y/o responsables a cargo colocar una custodia en el predio aunque sólo obtuvieron respuestas negativas.
“nuestra urgencia con los vecinos es que saquen toda la porquería lo más rápido posible. Después vamos por los culpables” y resaltó la peligrosidad de los dos reactores, uno de amonio y otro de paraquat, que actualmente están en funcionamiento.
Ante la consulta sobre posibles acciones legales Barros aclaró, “nuestra urgencia con los vecinos es que saquen toda la porquería lo más rápido posible. Después vamos por los culpables” y resaltó la peligrosidad de los dos reactores, uno de amonio y otro de paraquat, que actualmente están en funcionamiento. “Esto no es una máquina que se apaga y listo. Si hubiese ocurrido la explosión en ese galpón, no estoy hablando con uds.”, dijo Martin.
Por su parte, el Municipio clausuró el lugar de manera inmediata mientras que el OPDS lo hizo hoy, tras la reunión con las partes. Desde el Municipio, declararon que están “haciendo todo lo posible y siguiendo de cerca que la empresa termine de realizar los trabajos de saneamiento”. Sin embargo, la preocupación de los vecinos está intacta. “No confiamos en Tradex. Tradex no es una empresa de remediación. Solo retira los elementos y los transforma en bloquesde cemento.”
Una historia con olor a noventa
“Esta empresa ha mostrado impericia e irresponsabilidad para trabajar con lo que trabaja, que es altamente peligroso”, dijo Barros. Así lo muestran los videos grabados por un ex empleado donde se ve puede ver cómo derraman restos de químicos a los campos mientras una voz en off declara “hoy es 8 de febrero de 2019. Esto es lo que nos piden hacer cuando no vienen los containers”. Luego, otro video muestra la planta por dentro dejando en claro que no se cumplía con prácticamente ninguna norma de seguridad: bidones haciendo de baldes que reciben el goteo de envases gigantes llenos de tóxico. “En tu casa vos no manejás combustible con una zapatilla eléctrica en el lugar que se puede derramar. Si tenés alguna pérdida de algún tipo de combustible, uno trata de taparla. No de colocar un balde debajo para que gotee”, explica.
Según indicó Gonzalo Moyano, integrante del Colectivo Sanitario Andrés Carrasco, para dimensionar las consecuencias podría compararse con una especie de Chernobyl: “No tanto por el peligro, que en algún punto es real, de explosiones en sí, sino por el grado de difusión de elementos capaces de dañar a la población. Eso está escalando de un modo dramático”. La mayor preocupación gira en torno a la contaminación que podrían sufrir las napas de agua: “No sabemos ni cuándo, cuánto ni cómo se afectarán, pero va a tener repercusiones graves en la comunidad, fauna silvestre, vegetación, etc.”, sostuvo Barros.
Según datos ofrecidos por Colectivo Sanitario Andrés Carrasco, la Red de Médicos de Pueblos Fumigados y CICOP-Fesprosa- Seccional Mercedes, “la explosión de la planta de Mercedes no es solo el resultado de la debilidad en los controles estatales” sino que se enmarca en un sistema de producción donde “Argentina es el mayor consumidor de agrotóxicos por habitante del planeta. Más de 400 millones de litros por año, más de 10 litros por habitante. La contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, de los suelos y los alimentos con productos que impactan en la salud humana están llevando a una situación sin retorno.” Y resaltan: “Ni los controles en el almacenamiento y la distribución, ni las llamadas “buenas prácticas agrícolas” son paliativo alguno cuando por su volumen e intensidad el uso de agroquímicos desborda toda racionalidad ecológica.” Hoy en día, explican, “Ante la resistencia al principal herbicida, el glifosato, cancerígeno prohibido ya en decenas de países, los dueños del complejo de cultivos transgénicos con agroquímicos van introduciendo nuevas drogas, más potentes y letales. El 2,4 d, el glifosinato y ahora el Paraquat de la familia de los chlorpirifos.” Y agregan que “desde 1996, año en que el presidente Menem y el secretario de Agricultura Felipe Sola autorizaron los cultivos transgénicos, el problema no dejó de crecer y TODOS LOS GOBIERNOS, hicieron la vista gorda.
Argentina, entonces, tiene una larga lista de procesos judiciales iniciados a partir de casos similares por lo que se espera que, una vez más, el proceso legal sea lento y complejo. Hasta el momento el Municipio de Mercedes recolectó 10 muestras en diferentes puntos afectados y a su vez la empresa SIGMA tomó las llamadas “contramuestras”. Se estima que los resultados estén entre el viernes de esta semana y el martes de la próxima.
Por otra parte, los resultados de la autopsia del cuerpo de Rubén Ponce debería ayudar a constatar qué tipo de elementos estaban o están en el ambiente. Asimismo, la recuperación del bombero afectado depende de esta información que, según declaraciones, la empresa se niega a darle a los médicos para realizar las curaciones necesarias. “No podemos depender de los tiempos de la justicia cuando estamos hablando de estos tóxicos expuestos al ambiente. No podemos esperar un año, o dos, para que empiece la remediación. La remediación se tiene que estar y no se está haciendo. Están jugando con cosas que no tienen repuesto, como el agua.”
Lucila Matteucci, Mercedes, 8 de octubre 2019.